Y mi sorpresa fue mayúscula al toparme con un tesoro, una pequeña joya prometedora que hoy quiero compartir con quienes me lean. En realidad, una de las cartas en concreto arrancó una lagrimilla muda de mi ojo derecho (siempre suele ser el primero en emocionarse, quizá porque es vago, ¿quién sabe?).
Epístolas del hombre-galgo es un relato en proceso de escritura, de estilo epistolar y con una trama inquietante que invita al lector a desarrollar su imaginación de diferentes formas para llegar al final. El relato consta de dos prólogos, de los cuales sólo publico uno; el segundo ya corre a cargo de vuestro propio interés. Las publicaciones se pueden seguir virtualmente, aunque sospecho que eso es, tan sólo, de momento.
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"El siguiente texto es un extracto del e-mail original de Sara Syncope al redactor del periódico Catáfora. Por motivos de comprensión y conservación del argumento, se han suprimido diversos pasajes.
11 Diciembre
De:
Para: Catafora_Redaccion@catafora.org
Asunto: Cartas
(Contiene un archivo adjunto: “carta[1].doc”)
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Estimado/a redactor/a del periódico Catáfora,
Mi nombre es Sara Syncope y soy suscriptora de su periódico aproximadamente desde sus inicios hará poco más de diez años. Me gustan tanto su eficiente y profesional actualidad en cuanto a arte como el cínico y realista enfoque que le dan a esta. Sus reportajes, entrevistas, críticas y concursos han amenizado muchos momentos de mi vida familiar y profesional, qué decir si rijo un modesto café que atiborro de mis cuadros amateur, muchos de ellos inspirados indirectamente por las ilustraciones de exposiciones que sólo puedo contemplar en su rugoso papel. Podría incluso aventurar que conozco a todos sus colaboradores, así como su estilo, opinión y gustos como si diariamente se sentaran en una mesa a charlar conmigo. […]
El motivo de este correo no es el de únicamente ensalzar sus virtudes y mi devoción por su trabajo. Perfila más allá, en una petición honesta y cordial.
Verá, hará un par de años a lo sumo Uds. estuvieron publicando durante aproximadamente tres meses el diario de un joven agorafóbico, sus pensamientos, sensaciones y su posterior reinserción social. Qué decir que seguí la historia muy vívidamente, tanto por su contenido como por su divulgación periódica. […]
Me refiero a este hecho para que sirva de precedente de mi propuesta. Llevo tiempo con la pretensión de hacerlo, pero hasta hoy no he conseguido armarme del suficiente valor y determinación para escribir estas palabras.
Desearía que publicaran en su periódico las cartas que me envía mi padre, una tras una, desde hace treinta años. Y es que el misterio envolvió la desaparición de mi progenitor hará tres décadas, un enigma que actualmente sigue lejos de cerrarse, puesto que continúo recibiendo sus misivas desde los lugares más inhóspitos del globo.
[…]
Finalmente, la primera carta (que adjunto con el correo) es el testigo que justificará lo ya dicho.
Espero pacientemente su respuesta y desearía que fuera afirmativa.
Atentamente,
Sara Syncope ".
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El autor se hace llamar Skysorbet. Aunque he respetado su anonimato, puede que pronto leamos su nombre debajo del título de su novela.
Espero que os guste.
Photo by: Adelina
2 comentarios:
Una más que agradecida y sobrevalorada entrada.
No creo que este protoescritor todavía primerizo, tímido y con complejo de sombra se merezca tanto halago.
De todas formas, te vuelvo a agradecer el cumplido y reitero mi alegría en que hayas colgado una reseña tan amable y desinteresada en tu cafeinómano blog. El cual aprovecho para felicitar en cuanto a diseño y estilo de redacción, espero leerte más a menudo, siempre es agradable tantear gustosa prosa.
¡Una publicación! Ya sería mi más novecentiano sueño. Un verdadero impulso. Pero no hay prisa, no escribo para los "ellos" sino para los "tus".
Un saludo y mi más sincero abrazo cordial,
SkySorbet.
No es nada. Se agradece encontrar a gente joven con pasiones poco comunes para los adolescentes de nuestro tiempo. Te animo a que sigas escribiendo con ese estilo tuyo tan particular, y a que te atrevas a visitar una editorial algún día, sin prisas, como tú dices.
Merece la pena.
Ahora las gracias te las doy yo por la enhorabuena.
Ha sido un placer.
Sara.
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