17.8.09

The Beauty and our Beasts. Parte I (La esponja)

¿Dónde se encuentra?
Hace tiempo que comencé a masticarme los sesos pensando sobre cosas absolutamente absurdas en apariencia. El despertar de la conciencia, supongo. Es esa sensación de estar convirtiéndose uno en una esponja, una maldita morbidez que lo chupa todo a su alrededor. Cuando te encuentras en el bus de turno y ves a un jovencito dejar su asiento a una anciana (raro ¿no?), cuando te ves rodeado de gente en la cola del cine, cuando paseas despreocupadamente por la calle adoquinada... siempre, a todas horas, en todo lugar. Ahí está.


Partiendo del estrambótico punto de la esponja... no es de extrañar que nos emocionen un par de plátanos estratégicamene colocados en un bol de cristal, junto con un mendrugo de pan extrañamente roído y un racimo de uvas blancas, todo ello plantado en medio de un mantel arrugado. Arte, lo llaman. Pero siguen siendo un conjunto de frutas sobre una mesa abandonada y, si nos descuidamos, sucia (el pan deja sus migas). Ah, sí... probablemente nos emocione eso exactamente; la mesa abandonada, a medio recoger o a medio preparar. Quién sabe quién ha podido dejar semejante banquete en la humilde mesa de madera, o quién sabe si ese algien la ha abandonado de forma consciente o muy a su pesar. Entonces, llega el momento en que la pequeña esponjita empieza a llorar (¡demasiada agua!), emocionada y comprensiva. ¡Eureka! se ha empapado de belleza.


¿Belleza? ¿No hablábamos de arte? Gran misterio. Como dijeron nuestros antepasados griegos: "Es bueno aquello que es bello". Y así... sin más. La esponja ya empieza a chapotear en su propio jugo. Hay algo que se nos escapa. ¿El Arte debe ser
necesariamente bello? ¿Es la belleza Arte o producto de éste? ¡¿Pero qué demonios es el Arte?!



Vale... La esponja se ha cabreado.





Picture by: Rauf

2 comentarios:

Xabier Rábano dijo...

supongo que la esponja, conocedora de que es su alrededor el que esculpe sus matices, intenta rodearse de belleza, belleza que acaba estrujandola hasta convertirse ella misma en una aleacion de experiencias que irradian arte

Sara Labalestra dijo...

Vampire, te conozco y sé que no puedes ser demasiado objetivo con la esponja. Aunque es verdad que se erosiona con el tiempo. Si la belleza la rodea y la empapa, la belleza se quedará dentro. A menos que se empape demasiado... :D