12.4.11

The Beauty and our Beasts - Parte IX - Doppelgänger





Aparece ante mi como si de humo se tratara. Transmite esa sensación incómoda de sorpresa inquieta, constante y veloz impotencia. Se aferra a la espina dorsal, al cabello en punta y al propio bombeo del pecho. Es similar al mismísimo calambre por traumatismo. Es rebuscada, fina y sigilosa. Rumia el propio pensamiento hasta que no queda traza alguna de lógica racional, la que intenta separarnos del impulso primitivo. Es la misma dicha y el remordimiento casados para dar vida a la muerte. La muerte por rabia y espuma en un banquete a la una; el sacio con gula. La primavera que baja del deshielo para exhumar la supervivencia. Es aquella mujer, hombre , niño o anciano. Es una neurona con una idea amarilla. Dicen que el amarillo se asocia a la locura. Ella es la locura. La locura que quiere enloquecerlo todo; la implosión que con cenizas nómadas quiere implosionar en otros paisajes. Y en este momento, cuando digo lo que es por primera vez después de pensarlo, me dan ganas de vomitar más léxico. Vomitar y no parar hasta que no tenga nada dentro. Pero no funciona así. El pensar y el decir  son el síntoma del veneno. De todas formas, ahí sigue, mirándome. Una mirada gélida y oscura como el tiempo primero. Siempre ha estado ahí, creciendo desde lo más profundo de un universo límbico. Mirando y haciendo suya la materia finita. Haciéndolo todo suyo. Ella es de ese modo… hasta que da con uno mismo. Es entonces cuando baila y se regodea, canturreando la melodía de tu propia voz. Te recuerda imágenes de una vida que poco a poco se te antoja ajena. Huele al campo por el que corriste con ocho años tras las libélulas, al gato del vecino y a la lluvia en diciembre. Tiene la sonrisa que amaste, el pelo de tu madre, las manos encallecidas de tu padre. Pero tu semblante.

Lo sabe todo, lo es todo. Y sólo es tu propia muerte.  






Picture by Sand In Lungs

6 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

¿Esto era lo que escribías ayer? Wow, mu chachi.

Zina dijo...

esto me recuerda a aquella idea de Tokio Blues> decia Watanabe que antes de la muerte de su amigo entendía la muerte como el final, y después comperendió que la muerte es indisoluble de la vida, abarca todaa su existencia desde el principio.
besos, sigue escribiendo, se te da muy bien.

Unknown dijo...

Gracias, mis pequeñas florecillas. Tokyo Blues me ha inspirado mucho a ese efecto... si lo aunamos al hecho de que es primavera; todo me recuerda de alguna manera a la muerte. Pero intento entenderla con cuidado.

My Ziz, lo haré siempre que tenga algo que decir ;)
disfruta mucho por allí, ¡como dijimos!

Zina Vasilache dijo...

Acabo de leer la entrada otra vez. Creo que comprendo más. No me daba cuenta de lo realmente buena que eres escribiendo.

Sara Labalestra dijo...

Y, de nuevo, me sacas los colores...