Mientras caminaba por el parqué de la galería intentaba buscar la palabra exacta para describir lo que mis ojos veían. ¿Espeluznante, inquietante, terrorífico, trascendental, asqueroso? Obviamente, no pude sacar nada en claro. Pero al salir del recinto me di cuenta de que mis hombros habían estado en una tensión constante. La misma que te asalta al ver una buena película de terror, cuando tu cuerpo se incrusta literalmente en la butaca. Un sentimiento logrado gracias al trabajo de gente que nos parece, como mínimo, genuina. El documental sobre H. R. Giger me pareció delicioso. A pesar de semejante espeluzno que resulta de ver las maquetas de la película Alien, el pobre hombre es de lo más sencillo que te puedes encontrar. Eso sí, sus rasgos me parecieron (permitidme la licencia) exóticos.
Sin embargo, a la hora de explicar su experiencia como diseñador de la "criatura", lo narraba como algo emocionante; como la oportunidad que tuvo para plasmar todas las ideas de su concepto de terror, y todo con un virtuosismo atroz. Vaya... lo ves hablar y te entran ganas de saber qué demonios pasaba por su cabeza. Mientras, sus ojos brillan de emoción. También hay cierto descaro en cada pieza al combinar desnudos femeninos con cabezas alienigenas y paisajes sacados de algún videoclip ciberpunk, pero con ese aura trascendental en cada trabajo, una grandeza increíble que difumina todo el resto. Hablando sobre ello en las entrevistas, la brillantez de los ojos se junta con una sonrisa de oreja a oreja (en este momento del visionado me temí lo peor). Al instante, el bueno de Giger enseña una nave alternativa a su museo, otra pequeña zona donde expone piezas y esculturas específicamente provocativas. Este hombre ha creado hasta una erótica de los filmes de terror (¿qué da más miedo ahora?).
El making off de Alien no tiene desperdicio. Es entonces cuando se descubre cómo es posible hacer que la criatura cobre vida. Entre los especialistas del reparto se encontraba un chico joven que podría haberse convertido en paradigma de la anorexia. Pero el pobre hombre era así, y no se les ocurrió otra cosa que embadurnarlo con mayas, piezas de cartón piedra y metal, bastantes kilos de maquillaje y pintura de aerosol. Sí, se puede sobrevivir a algo semejante. Lo que más impacta es tener que ver la maqueta resultante en cuestión, colgada del techo, acechando a los visitantes. Sientes el impulso de no ponerte debajo, por si acaso...
No sólo se podían ver los primeros bocetos del diseño de Alien, sino también algunos de Dune (película que de terrorífica no tuvo mucho). La exposición en sí merece la pena. Después de aguantar estoicamente tubos, fluidos y oscuridad, el mundo te parece un lugar más bello en el que vivir. Gracias, Giger.
La visita se podía hacer gratis en el Kursaal, en San Sebastián, desde finales de verano. Lamentablemente la exposición se ha trasladado a Valencia y ya se puede disfrutar de ella desde el pasado diciembre.
2 comentarios:
Harán... un par de años, H.R. Giger hizo una espeluznante exposición en la Universidad Politécnica de Valencia.
Como toca para la despistada que os comenta, tuve noticia del suceso a dos días del término; y por causas adversas (sería entre semana y yo estaba de exámenes... no recuerdo) finalmente no hice aparición entre las criaturas que más admiración me han causado en la historia del cine.
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Excelente publicación, Labalestra, me quedo con las sillas de despacho y los making offs que comentas...
Respecto al exótico rostro de aquí nuestro amigo, dicen que, así como el perro se asemeja al dueño, el dibujo se parece al autor. Habría que tenerlo en cuenta para hacer un futuro análisis; tal vez así descubramos el rostro de muchos artistas enmascarados (:
¡Nos vemos a la hora del café!
Pues ya sabes, yo en tu lugar iría cuanto antes a verla, ya que tienes otra oportunidad. O eso o ir al museo original de Giger, en Suiza (cerca del Tiroll, tengo entendido). Si algún día decides ir, te recomiendo que visites la cafetería; está hecha de arcadas y muebles que emulan las vértebras de un esqueleto. Algo tétrico, pero increíble de ver. Por alguna extraña razón se me olvidó comentar ese detalle en la entrada, pero gracias a ti lo menciono.
Es verdad lo del parecido del creador con las criaturas fruto de su imaginación. Es otro de los misterios del arte que debería ser estudiado, como dices.
Muchísimas gracias por comentar, ¡nos vemos!
PS: por cierto...¿ te he dicho ya que me encanta tu galería?
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